domingo, 25 de noviembre de 2012

La Moneda

Cuando era chica y  veía La Moneda en la tv nunca pensé que la vería casi todos los días.
Para alguien de provincia representa el gran monumento a conocer en alguna gira de estudio o paseo a Santiago. Aún hoy escucho a colegas planificar con harto esmero el viaje que hará que todos los niños conozcan este centro.
Por eso es extraño ahora caminar por el frente y darme cuenta que sólo forma parte del paisaje que debo ver todos los días en mi ruta, lo sigo apreciando y encontrando hermoso (si bien evito el lado que da a Morandé, es como si aún sobreviviese la muerte y la traición), pero de ser tan icónico pasó a transformarse en algo tan familiar, tan propio; como si siempre hubiese vivido aquí. Poseo ahora la misma actitud que veo en los pasantes: Van con tanta cotidianeidad, acostumbrados, despreocupados, pero de cierta forma "protegidos" bajo su alero.

Frente a esto pienso que es bastante curioso cómo, de a poco, somos capaces de transformar cualquier ciudad en un hogar, cómo vamos adquiriendo un cierto grado de  pertenencia e identidad. 
Y te pregunto, forastero, ¿Tienes en tu ciudad un lugar, monumento o escultura que haya pasado a formar parte de tu rutina; si bien en un principio fue totalmente ajeno o desconocido?

Y ya que les he contado mi experiencia con La Moneda, les dejo esta frase en donde es una efigie quien nos habla:

"Yo soy el toro de Nínive... guardián de la historia de la nación, el emblema de su poder... Ahora estoy en una tierra extraña... en una ciudad más orgullosa, más grande, más gloriosa que mi reino nativo; pero no os vanagloriéis criaturas engreídas del momento. He sobrevivido a muchos reinos"  W.H. Stone, en Household Words, de Ch. Dickens, 1851.

Saludos :)